Que el arte y la ciencia del packaging está en condiciones de contribuir inteligente y decisivamente a la carga de fascinación de un objeto, producto o servicios es algo que apenas merece ser subrayado a estas alturas. En este sentido, y como se enseña en la escuela, la naturaleza es una muestra sabia del arte de preservar, sostener, envasar, estuchar, ennoblecer, complementar y comunicar con las envolturas de sus prodigiosas manifestaciones. Ya sea el socorrido huevo, la sensual y fragante piel de la naranja, la indómita concha de la ostra, la más humilde de las cáscaras o el más desapercibido contenedor natural.
Sí, las envolturas, las pieles de las cosas, las formas en que se nos confían y transmiten las cualidades de los objetos – tanto las que añaden función de forma inmediata como las desechables, las que se revelan reutilizables, reciclables, proveedoras de ricas segundas materias… – son una escuela, un depósito sin límites de conocimiento, motivación o inspiración.
Recordamos en estas líneas a Carlos Rolando, un apóstol avanzado del packaging inteligente en nuestro país. A él le gustaba auparse en los atriles a hablar del asunto de los envases con los industriales, los fabricantes de cosas, las gentes el marketing y de la venta. Incidía con pasión sobre las oportunidades que ofrecía el packaging inteligente de ser el heraldo de las cualidades de los objetos, el más fiable de sus artefactos de comunicación, el más conveniente, más económico y eficaz de los medios de exponer el objeto y hacer publicidad.
El packaging es la forma en la que las cosas son ofrecidas y, al igual que la cara es el espejo del alma, el modo en que los bienes son percibidos antes de llegar a ser experimentados juega un papel crítico… o podría jugarlo. Por eso desde Summa también nos unimos desde tiempo atrás al apostolado del packaging reconociéndolo como un portador de identidad, como un silencioso constructor de la imagen de las mercancías o la marca, una oportunidad como pocas para poner en escena por adelantando nuestro concepto de marca y calidad. O de excelencia.
