En este post traigo una breve referencia a la historia del diseño. Más concretamente a la historia del diseño japonés.
Los mon (también llamados monshō, mondokoro o kamon) son los emblemas japoneses usados para decorar e identificar a una familia o clan. Puede que partiendo de esta definición podamos pensar que serían el equivalente a la heráldica europea, pero realmente solo comparten la finalidad de identificar, ya que tanto formalmente como su evolución histórica fueron radicalmente diferentes.
La historia del branding
El origen de los mon parte de la necesidad de crear unos símbolos que diferenciasen las propiedades de las distintas familias nobles japonesas, siendo una de sus primeras aplicaciones los carros en los que viajaban. Posteriormente, en la era Kamakura se comenzaron a ver los primeros mon en el campo de batalla (evolución inversa a la que sufrió la heráldica, que vio su origen en la identificación de los ejércitos y luego dio el salto a finalidades no bélicas).
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Con el paso del tiempo, el uso de los mon se fue generalizando y se extendió más allá de la nobleza para abarcar también el sector de los gremios, el comercio y los artistas, y posteriormente las familias de clase media y los negocios familiares e incluso las bandas criminales. Se entiende esta rápida propagación de su uso, ya que se convirtieron en auténticos logos capaces de identificar y marcar cualquier propiedad o autoría.
Su uso se regía por unas normas no escritas pero de conocimiento común, que se basaban en el respeto y la cortesía tan características en la cultura japonesa. De esta manera se consideraba inapropiado usar un mon que ya fuera usado por otra casa, y ofensivo usar uno que una casa de rango superior ya tuviera . En estos casos la casa inferior debía cambiar de mon. No existía ningún dictado que dijera cómo tenía que ser un mon, de modo que cada familia tenía libertad para diseñar la forma que considerara mejor. Aún así siempre se respetaban los mismos criterios estilísticos y formales.
¿Cómo eran los diseños?
La mayoría de diseños de estos mon tienen forma redonda y están inspirados en elementos de la naturaleza como flores, animales, fenómenos naturales, etc…
Aquí encontramos el segundo rasgo diferencial respecto a los blasones nobiliarios europeos, siendo más bien emblemas abstractos y sencillos, que lo mismo podían representar una cruz que la flor de la glicinia, el crisantemo de dieciséis pétalos, o una esvástica. De esta forma, con composiciones tan esquemáticas, es fácil suponer que palabras tales como “partido de azur y gules al chevrón de oro” fuesen inconcebibles para una cultura minimalista, condicionada por la estética zen y siempre tendente al poco recargamiento.
Y es que cuando analizamos los mon desde el punto de vista del diseño de identidades actual, vemos que son puros ejercicios de diseño gráfico basados en formas geométricas (generalmente redondas) con elementos de la naturaleza representados con una capacidad de síntesis asombrosa, dotados de una simetría axial o rotatoria, y todo ello a una sola tinta para que pudiera ser aplicable sobre cualquier tipo de soporte que pudiera servir para identificar al clan.
Los diseños más comunes comprenden todo tipo de plantas, flores y vegetación en general que en muchos casos representaban conceptos filosóficos presentes en el zen. Aún así también es común ver mon con diseños abstractos puramente geométricos y en menor medida con representaciones de animales.
En Japón los mon siguen muy presentes en el diseño, y en particular del branding y el packaging. Usados comúnmente en alimentación para aportar elegancia, refinamiento y tradición.
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