El fenómeno Ciutadans-Ciudadanos desde una perspectiva de naming

· por Summa

El flamante Partido por la Ciudadanía ha supuesto una novedad en el arco parlamentario catalán, pero también representan una innovación en términos de naming:

En estos últimos días en que su presencia en medios de comunicación se ha multiplicado exponencialmente, hemos podido ver la marca escrita de las más diversas formas:

Ciutadans
Ciudadanos
Partit per la Ciutadania
Partido por la Ciudadanía
Ciutadans – Partit per la Ciutadania
Ciudadanos – Partit per la Ciutadania
C’s
C

Este humilde namer todavía no había visto una marca con tantas versiones denominativas, aunque es preciso reconocer que en este caso la razón para tanta dispersión se debe también a su extrema coherencia con uno de los principios fundamentales de su programa electoral: el bilingüismo. Este factor se podría haber salvado con una palabra o acrónimo que se escriba igual en castellano y catalán de modo que no sería preciso traducir la marca o escribirla dos veces para cumplir con el principio del bilingüismo. Porque las marcas no deben traducirse; imaginen: Caixa Madrid, El Tall Anglès, Poma o Manzana por Apple, etc…

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De todos modos, si nos centramos en una sola versión idiomática, seguimos encontrando varias versiones de la denominación: Ciudadanos, Partido por la Ciudadanía, C y C’s, que serían, respectivamente, los equivalentes a socialistes (una especie de apodo, que, por cierto utiliza el PSC: www.socialistes.org), Partit Socialista de Catalunya (que vendría a ser la razón social) y PSC (la contracción). La C’s es la versión en texto plano de la C del logotipo corto e imagino que ha aparecido por generación espontánea al encontrarse algún periodista, de madrugada, con una “Câ€? sola por ahí que no acababa de quedar bien en medio de su artículo.

La diferenciación de esta denominación respecto al resto de fuerzas políticas es alta ya que no utiliza acrónimos y eso es bueno, pero tiene un problema de confusión al solaparse, sin ir más lejos, con otras plataformas políticas como Ciutadans pel Canvi.

Y este ejemplo nos sirve para analizar la marca desde el punto de vista de su significado estricto: la marca Ciudadanos no lleva al naming ningún tipo de posicionamiento, ya que es un término neutro al igual que “partidoâ€?, y da la sensación que le falta algún tipo de apellido: “ciudadanos por…â€? o “ciudadanos a favor de…â€?. Otro ejemplo, existe una plataforma política (www.ciutadans.tk) con el mismo nombre y URL pero que le añaden un apellido a la denominación de modo que con sólo leer el nombre ya sabemos, al menos, si son de derechas o de izquierdas. En este caso son considerablemente de izquierdas, lo deja claro el apellido: Ciutadans per la República.

De todos modos, para acabar, hay que hacer una cierta autocrítica gremial porque esta es una prueba de que un mal nombre puede funcionar. Igual que Mercedes… ¿alguien le pondría hoy ese nombre a una marca de coches de lujo? Además, su éxito electoral le ha conferido un grado de notoriedad tan extraordinario a la marca que se ha apoderado de la palabra “ciutadansâ€?, comiéndose otras marcas con denominaciones similares. Eso tiene un problema y es que cuando esas marcas engullidas en términos de brand awareness contengan significados no deseables para la marca seguirán relacionándose con ella.

Ah, y por cierto, www.ciutadans.com es una web porno. Lo juro por la gloria de mi madre. Comprobadlo y disfrutad, eso sí, únicamente si sois mayores de edad.

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Brand Pitt

De acuerdo