(Actualizado octubre 2021) Además de contener un producto, en unos años el packaging podría (o debería) convertirse en uno de los mayores proveedores de contenido y entretenimiento para los consumidores. Como ya ocurrió con la televisión en su momento y, más recientemente, con los dispositivos móviles, el packaging no debe quedar exento de experimentar una transformación acorde a los grandes cambios tecnológicos y sociales de los últimos tiempos.
Rafa Soto, nuestro Head of Creative & Experience, enumera las claves que hacen pensar que el packaging vivirá una evolución en el creciente entorno digital.
¿Cómo debe ser el packaging en el entorno digital?
En el paradigma digital, además de contener el producto e informar y seducir, el packaging es un interface que permite al usuario interactuar con el producto y con la marca. Esa bidireccionalidad ofrece a la empresa oportunidades interesantes, tanto a nivel de engagement y viralidad, como de analítica de datos.
De un lado, se trata de una obligada adaptación a un mercado cada vez más saturado y en el que tecnologías como la inteligencia artificial, la conectividad y la realidad mixta se han convertido en herramientas para ganar la batalla del engagement del consumidor. De otro, hablamos de la necesidad de concebir el packaging como un producto cultural en el que los usuarios esperan encontrar contenido y experiencias con las que conectar, entretenerse y ver reflejados componentes culturales con los que sentirse cada vez más identificados. Sin dejar de lado la cuestión económica, ya que aplicar alguna de estas nuevas tecnologías al packaging es cada vez más una inversión accesible, y por supuesto rentable.
Así pues, la innovación vinculada al uso de las nuevas tecnologías es fundamental para dar nuevas soluciones a las necesidades de los consumidores. “En poco tiempo, los ‘superenvases’ permitirán construir y ofrecer experiencia más personalizadas e intensas”.
En la actualidad, cada vez más marcas apuestan por utilizar las posibilidades que ofrece la tecnología para aportar mayor valor a sus clientes y reforzar su relación con ellos. El paradigma digital ha abierto nuevas vías para una interacción más cercana y bidireccional entre la marca y el consumidor, y las empresas deben atreverse a explorarlas.