El Debut de las Marcas Robot

· por Rafa Soto

Estos días se está líando una buena en las calles de San Francisco. La culpa recae en dos nuevas marcas de taxis autónomos: Cruise y Waymo. Cruise es una start-up de vehículos autónomos que fue adquirida por General Motors en 2016, mientras que Waymo es la marca de Google para vehículos sin conductor.

Hasta este momento, solo se habían realizado pruebas más o menos controladas. Sin embargo, por primera vez, San Francisco ha permitido que estos taxis circulen libremente durante las 24 horas del día.

Y todo se ha vuelto una locura por tres razones.

Primero, los vehículos deben tomar decisiones de manera autónoma y aunque en su mayoría lo hacen de manera correcta, a veces se hacen un lío y se bloquean. Y cuando se bloquean no sirve de mucho que les piten o les insulten. Hace poco un taxi robot se encontró con una manifestación de cuatro gatos y pensó que era peligroso avanzar y se plantó. Él y los 200 coches que acabaron detrás.

Segundo, la novedad de encontrarse con un coche en movimiento sin conductor llama mucho la atención. Las personas se acercan con gran curiosidad, mientras que otros (los más cafres), se ponen frente al vehículo como si se enfrentaran a un animal inofensivo, sabiendo que no los embestirá.

Tercero, la reacción de los seres humanos que ganan la vida conduciendo y llevando a otros hacia sus destinos. Durante esta semana, ha habido varios incidentes en los que manifestantes protestaron por la usurpación de sus empleos por parte de máquinas. Inmovilizaban los vehículos con simples conos o, (también los más cafres), rompían sus cámaras y sensores para dejarlos fuera de servicio.

Además de las implicaciones generadas por la novedad de taxis autónomos transportando pasajeros, existe otra dimensión fascinante en todo esto. Por primera vez en la historia, nos relacionamos como especie con una flota de robots inteligentes que nos transportan de un lado a otro.

Ziwen Wan, doctorado en Ciencias de la Computación por la Universidad de California, afirma que la personalidad de Waymo y Cruise es “overly conservative», más conservadora de lo normal. Esto tiene sentido en términos de conducción, pero en términos de la personalidad de marca, no es que sean conservadoras, es que están ausentes.

La transición de un conductor humano a un robot es decepcionante. Cruise ofrece pantallas con juegos y música, y cada vehículo tiene un nombre propio divertido, como «Banana». Waymo es más espacioso y distinguido (es un SUV de Jaguar) y la experiencia es más sobria. Pero más allá de los gadgets, ninguno de los dos tiene una personalidad inteligente con la que poder hablar del partido que se le escapó al Madrid en el último minuto por culpa del árbitro.

¿No sería maravilloso poder hablar con los taxis? Que te reconociesen, que te hablasen del tráfico con sentido del humor, que te cuenten un chiste malo. Si quieres, claro.

Los sistemas operativos de los coches o de los asistentes virtuales dialogan cada vez más contigo. Son marcas que literalmente hablan.

No obstante, en el caso de los taxis, ya no estamos hablando de abstracciones de marcas comunicándose a través de altavoces, sino de robots con nombres: Banana, Bigfoot, Salsa, Fyrefly… cientos de ellos circulando por las ciudades.

Del mismo modo en que podrías encontrarte con un taxista divertido, uno que pone música clásica o uno sarcástico, sería fascinante que cada robot tuviera su propia personalidad, ofreciendo una diversidad única en la interacción.

Y aquí es donde surge un desafío enorme para las marcas.

¿Qué taxis son mejores, los de Waymo o los de Cruise? ¿Y cómo podemos agrupar la diversidad de personalidades en marcas? ¿Son algunos más amigables que otros? ¿Más inspiradores? ¿Más serviciales? Me suena a eso de los Andaluces son muy divertidos, los alemanes son muy serios y los japoneses son muy educados.

Con la llegada de los primeros robots, las marcas tendrán que dar un paso más allá en la definición de la personalidad de la marca. Esto no solo se debe a que se expresarán a través del habla, sino porque la personalidad misma de la marca puede manifestarse de diversas formas a través de cada robot. 

A menos que desees que todos los robots de una misma marca sean idénticos, pero eso sería un futuro muy aburrido.

De acuerdo