El project manager también tiene que gestionar la relación que construimos con los clientes para ayudar a crecer la marca y el propio negocio.
Hace unos días os presentábamos la figura de Project manager. Hablamos de su rol cuidador, su capacidad organizativa y su visión transversal de los proyectos. Hoy queremos poner el foco en la gestión de los proyectos desde un punto de vista externo. Como hemos dicho, debemos de saber cómo la relación que construimos con los clientes nos ayuda a hacer crecer la marca y el propio negocio.
«El eje principal de esta relación debe ser una comunicación eficaz, basada en la profesionalidad y la empatía»
Y para iniciar esta comunicación deberemos conocer a nuestro interlocutor, con el objetivo de adaptar nuestro mensaje para que sea recibido siempre de la mejor forma.
Responsabilidad dentro de la compañía
En primer lugar, como project manager deberemos conocer su responsabilidad dentro de la compañía e identificar si será la persona que tome las decisiones del proyecto. Si no es así, lo más recomendable será involucrar desde un inicio aquellos perfiles que participen en la toma de decisiones. Este hecho nos ayudará a alinear las expectativas del proyecto, y a que se sientan partícipes del mismo.
Por ejemplo, uno de nuestros clientes necesitaba llevar a cabo un proyecto de naming. Gran parte del equipo tenía un fuerte vínculo emocional con el nombre existente. Muchos de ellos habían formado parte del proceso de creación, con lo que eran reticentes al cambio. Desde el área de gestión identificamos esta circunstancia y decidimos involucrarlos desde un inicio en el proceso de creación. El resultado fue positivo, interiorizaron la necesidad del cambio y participaron en la nueva elección, con lo que la aceptación fue progresiva.
El llamado «expertise»
Otro aspecto clave será conocer su expertise. No deberemos dar por sentado que todos los perfiles tienen un alto conocimiento en branding. Deberemos ser conscientes de que podemos tener delante a profesionales muy distintos, con posiciones muy diversas (brand managers, directores de marketing, directores creativos, etc) y sobretodo, de sectores muy dispares (banca, retail, alimentación, industrial, etc). Por ello, desde el área de gestión de proyectos,deberemos velar por que en cada proyecto el enfoque sea el más afín a la compañía, y además, que la puesta en escena se adecúe a cada uno de ellos.
Otro caso que nos puede ayudar a ejemplificar este punto fue una experiencia con otro de nuestros clientes, en este caso entrábamos en la fase de identidad visual. Nuestra persona de contacto en este caso era un director creativo, y tras conocer la realidad de la compañía vimos que el equipo creativo tenía un rol relevante en ella. Lo detectamos, y decidimos adaptar nuestra metodología para que el proyecto fuese mejor recibido y aceptado internamente, ¡e incluso mejor implementado posteriormente! Lo que hicimos fueron sesiones creativas de co creación con el equipo creativo, de tal manera que la nueva identidad surgió de la colaboración del equipo de cliente y el equipo de Summa.
La empatía y la transparencia del project manager
Por último, deberemos ser capaces de crear un espacio de empatía y transparencia, que nos permita ser percibidos por el cliente como un aliado o incluso parte de su equipo. Y en este aspecto, la magia sucede cuando nos alejamos de las prisas, de los emails, meetings y formalidades, cuando somos capaces de conversar de Lidia a María, de Paloma a Juan, tomando un café, en una comida, o justo antes de empezar una reunión. Estas situaciones, nos permiten ser proactiva/oss, detectar nuevas oportunidades que nos ayudan a enriquecer el proyecto y por ende, hacer crecer el negocio.
Tras una conversación aparentemente ingenua con una clienta, del sector de la movilidad urbana, con presencia y equipos internacionales, ella comentó:
“Es difícil comunicar de una forma transversal la nueva marca a los trabajadores y que la sientan suya y la interioricen”.
Derivado de ello, detectamos la necesidad de desarrollar una fase de cultura interna. Y desarrollamos junto al equipo creativo un plan de comunicación interna, que finalizaba con un Brand Day.
En definitiva, desde el área de project management entendemos a cada cliente como un nuevo reto, al que abrazamos con mucho entusiasmo. Y sabemos que con mucho mimo y dedicación por parte de todo el equipo se acabará produciendo una fusión muy positiva, que acaba traduciéndose en un proyecto de alto valor.