Meme como aspiración

· por Rafa Soto

Decía Ibai hace poco que se había convertido en un meme andante. No era tanto una queja sino la constatación de que su imagen había trascendido al mundo de la cultura digital como un elemento de juego y una referencia icónica para todos.

Los memes surgieron al principio casi como un elemento paródico, que recuperaba lo más friki de Internet y lo usaba como pieza para chistes internos o remixes. Pero, poco a poco, el meme ha ido creciendo en la escala de la percepción para convertirse en algo que mola.

Haciendo una analogía rápida, un meme es lo que hacía Warhol en los 60 rescatando un elemento de la cotidianidad y elevándolo a icono cultural. La diferencia es que antes lo hacía un solo artista y ahora, una comunidad como signo de aceptación.

Ser un meme es una envoltura para que una idea pueda viajar mejor en el mundo digital. Hay marcas como Rip n Dip que han nacido en forma de meme para que las redes las usen como les dé la gana. No es fácil ser una marca tan líquida y flexible pero Rip n Dip ha sabido entender perfectamente cómo moverse con naturalidad.

En el mundo cripto, algunas marcas entendieron muy bien la cultura meme con los meme coins. Dodge Coin, Shiba Inu o Pepe Coin, por ejemplo, juegan a dialogar con la gente de una manera desenfadada, riéndose del establishment y adquiriendo más valor por su propia condición de meme que los propios proyectos cripto con propósitos más serios.

Hay marcas personales que se convierten en memes orgánicamente. Nicolas Cage ha dicho en más de una ocasión que está encantado de haberse convertido en un meme. En su caso, la sociedad ha recogido la esencia de su personalidad histriónica y juega con ella usándola como parte del lenguaje. Este es un ejemplo de cómo ser una Real Brand para las personas, que la usan para darle más expresividad a lo que piensan.

La última marca en convertirse en meme es realmente extraña. Se trata de Palantir, una empresa tecnológica B2B que por culpa de algunas opiniones controvertidas de su CEO Alex Karp, ha entrado en el mundo meme por la puerta grande. Palantir ha pasado a llamarse “pili” y su CEO “Daddy Karp”. 

La marca ya tiene un subreddit r/PLTR donde abundan desde memes hasta merchandising de segunda mano. Y claro, todo este ruido va a favor de su valoración en los mercados. Lejos de dar la espalda al fenómeno, Palantir participa de la conversación con gestos como patrocinar a la tenista ucraniana, Elina Esvitolina, lo que ha incentivado de nuevo la generación de memes con Palantir.

Ser una marca meme significa perder bastante cuota de control sobre tu marca porque ya deja de ser tuya para ser de la gente. A veces, el resultado es muy positivo aunque el riesgo también es elevado. Pero hay términos medios donde se puede dar algo de espacio para que las personas usen la marca como forma de expresión.

Un ejemplo clásico de éxito es del hombre más interesante del mundo de la cerveza Dos Equis, donde el personaje se convirtió en un meme con el que seguro os habéis encontrado. Aunque si hay un caso que me parece especialmente inteligente es el de MSCHF, una marca de moda que se define como “MSCHF is an art collective that engages art, fashion, tech, and capitalism” y que sabe cómo jugar perfectamente con la cultural pop digital. 

Su último lanzamiento han sido las Big Red Boots, unas botas desproporcionadas que imitan a las de la serie de dibujos Astro Boy y que prácticamente han nacido siendo un meme del que todo el mundo ya ha hablado.

La sociedad de la cultura pop digital está deseando jugar con las marcas. Lo mucho o poco que puedan hacerlo depende de nosotros.

https://www.tiktok.com/@noticiaskings/video/7255283212736318747

https://www.ripndipclothing.com/

https://www.reddit.com/r/PLTR/

https://www.europapress.es/comunicados/internacional-00907/noticia-comunicado-palantir-asocia-tenista-ucraniana-elina-svitolina-20230629212957.html

https://makeameme.org/meme/el-hombre-ms-4ac2e32f74

https://mschf.com/

https://mschf.com/shop/big-red-boot/

De acuerdo