Internet cambia la forma de leer… ¿y de pensar?

· por Summa

El País publicó hace unos días un reportaje con una premisa muy clara: «la lectura en horizontal, a saltos rápidos y muy variados se ha extendido». A partir de aquí se preguntaba si Internet puede estar reeducando nuestro cerebro. Se trata de una pregunta muy interesante.

«Internet ya es para muchos el mayor canal de información. Cada vez es superior el tiempo empleado en navegar, ya sea para leer las noticias, revisar el correo, ver vídeos y escuchar música, consultar enciclopedias, mapas, conversar por teléfono y escribir blogs. En definitiva, la Red filtra gran parte de nuestro acceso a la realidad. El cerebro humano se adapta a cada nuevo cambio e Internet supone uno sin precedentes. ¿Cuál va a ser su influencia? Los expertos están divididos. Para unos, podría disminuir la capacidad de leer y pensar en profundidad. Para otros, la tecnología se combinará en un futuro próximo con el cerebro para aumentar exponencialmente la capacidad intelectual».

Carr fue más lejos y escribió un texto provocador con el título «Is Google making us stupid?» en la revista The Atlantic. Para Carr Internet no es inocuo: «[Los medios de comunicación]  suministran el material del pensamiento, pero también modelan el proceso de pensar». Y continúa: «Creo que la mayor amenaza es su potencial para disminuir nuestra capacidad de concentración, reflexión y contemplación».

Y, ¡¡atención!!, este modo de buscar información y de leer no sólo afecta a los jóvenes, es transversal: «todo el mundo muestra un comportamiento de saltos y lecturas por encima».

Usuario de ‘corta y pega’
Un informe pionero del University College de Londres sobre hábitos de búsqueda de información en Internet distingue mitos y realidades sobre el uso que hacen los jóvenes. Una de las ideas que subyace en todas las conclusiones es que la destreza digital no equivale a destreza informativa, es decir, a saber cómo buscar información y transformarla en conocimiento.
1. Los usuarios jóvenes no suelen comprender bien sus necesidades informativas y por tanto les resulta difícil desarrollar estrategias de búsqueda efectivas.
2. Tienen un mapa mental poco sofisticado de lo que es Internet. No logran entender que se trata de una colección de recursos en red procedentes de diferentes fuentes. Así, los motores de búsqueda, ya sean Yahoo! o Google, se convierten en la primera marca que asocian con Internet.
3. Son en general más competentes con la tecnología que la generación anterior, aunque los adultos se ponen rápidamente al día. Emplean, sin embargo, menos aplicaciones digitales de lo que se cree.
4. Prefieren sistemas interactivos y le dan la espalda al consumo pasivo de información. Prefieren la visual sobre la textual.
5. Son la generación del corta y pega. Abundan los casos de plagios de diversas fuentes en los trabajos encargados.
6. Prefieren, como los adultos, la información despiezada, en vez de textos completos.
7. No son expertos buscadores.

Por cierto, ¿alguien ha llegado hasta aquí?

De acuerdo