Aquí, por suerte, crea todo el mundo
La creatividad es, ni más ni menos, que la capacidad de crear. Ese espacio de nuestro cerebro donde lo racional y lo emocional se unen para inventar algo nuevo. Así que, aunque a veces te cueste un poco creerlo, ¡todo el mundo puede ser creativo!
Este fue el pistoletazo de salida con el que iniciamos nuestro proyecto con Milbby, la compañía nacional de material creativo con más ganas de transformar(se).
Nos pusimos manos a la obra con un intenso proceso de investigación con la colaboración de su equipo, para así entender las necesidades estratégicas y desarrollar soluciones creativas a medida.
¿El objetivo? Renovar su identidad, mejorar su propuesta de valor y, en definitiva, conectar con su comunidad yendo más allá de sus productos.
Para ello, iniciamos un proyecto que, cuando llamamos integral y transversal ¡we mean it!: análisis de mercado, plataforma estratégica de marca, identidad visual y logo, tono verbal y tagline, experiencia de usuario en tienda, re-diseño web, estudio y estrategia de contenido de redes sociales, campañas de comunicación…Y la lista continúa. Pinta bien, ¿verdad? Muchos meses de trabajo y brainstorming, de los que os daremos alguna que otra pincelada.
De vender material, a vender inspiración
La creatividad se viste de muchas formas, texturas y tamaños. Por eso, antes de empezar con el proyecto, fue de lo más normal que nos surgiera la duda de: ¿cómo lo ponemos todo en común? ¿por dónde empezamos?
La primera decisión estratégica fue la de pasar de un enfoque Product Centric a uno Consumer Centric, para entender las motivaciones reales tras la compra de nuestros clientes y ofrecer así una propuesta orientada a satisfacerla (de una forma mucho más original que nuestra competencia).
Fue entonces cuando encontramos que, sin importar nuestra edad, género o habilidades, las personas acudimos a la creatividad movidas por 5 motivaciones principales: descubrir algo nuevo, compartir en compañía, huir del aburrimiento, expresar emociones o relajarnos. Teniendo este punto de vista en mente en los planteamientos de la marca, conseguimos conectar a un nivel infinitamente más profundo y duradero con la comunidad creativa, ¡la nuestra y la que aún está por llegar!
Una identidad que se sale de la raya
Empezamos por un logo versátil, cuya combinación de geometría y ángulos curvos con un trazo grueso, nos transmiten un carácter optimista y divertido. A su vez, sus letras se transforman en una ventana a un espacio donde cabe de t-o-d-o, y nos dan mucho juego como recurso gráfico independiente a lo largo de todo el sistema visual.
Por supuesto, en el mundo de Milbby no podía faltar una amplísima gama cromática con un sinfín de combinaciones de colores para todos los gustos, y una tipografía muy cool que siempre nos acompañe con titulares “Extra Bold”.
Además, le dimos una voz de personalidad muy disfrutona y lateral, con mensajes que estimulan la imaginación, ¡tanto manitas como manazas!
El tagline, “hola, creatividad” da la bienvenida a sentirse parte de esta gran casa, donde se anima a todas las personas a explorar su faceta creativa sin prejuicios ni premisas.
Vamos a enredarte en esto de la creatividad
Pero claro, si queremos ser la marca referente en creatividad debemos predicar con el ejemplo ¿no?
Así que reinventamos las campañas de apertura de tienda o vuelta al cole, muy a nuestra manera y a todo color. También impulsamos acciones de activación bien cargaditas de creatividad y diversión en torno a estas piezas de comunicación, para potenciar los resultados e involucrar a nuestra comunidad aún más.
En el día a día, no podíamos desaprovechar la ocasión para inspirar a la comunidad a través de sus tiendas y redes sociales ofreciendo contenido audiovisual relevante, colaboraciones con artistas, interacciones inesperadas, dinámicas participativas y experiencias de compra diferenciales.
Ahora sí, Milbby consigue conectar con el espíritu creativo que llevamos dentro generando un impacto positivo en nuestra felicidad y animándonos a sacar siempre nuestra mejor versión (sea la que sea). ¿Qué más se le puede pedir a una auténtica real brand?