El nuevo entretenimiento
Invitado especial:
Oriol Querol, CEO de la Kings League
El mundo del deporte y el entretenimiento está viviendo importantes transformaciones, empujadas por una nueva generación de consumidores y usuarios que demandan una nueva relación con las marcas.
En este sentido, detectamos dos grandes ejes de cambio transversales a todo tipo de industrias:
El primero de ellos es el paso de productos a experiencias, que a menudo implican dar nuevos formatos a espacios o acontecimientos, pero que, por encima de todo, promueven la inmersión total del usuario.
El segundo gran cambio es el paso de audiencias a comunidades. Eso implica olvidar la idea de “fan irredento” para comprender un concepto más fluido, pero también más abierto, donde una misma persona se declara miembro de múltiples comunidades de forma simultánea.
Pensar en comunidades favorece un acercamiento distinto al contenido, multiversal, donde distintas comunidades puedan encontrar una versión de un mismo acontecimiento adaptada a su lenguaje y sus motivaciones.
Eso a su vez potencia la participación activa de la comunidad, llegando a implicarse en el desarrollo o el propio resultado de un evento o una competición.
Esa implicación, sin embargo, también es exigente con las marcas. Éstas deben aprender a adaptar sus comportamientos y sus contenidos a nuevas demandas sociales y a valores emergentes, creando conexiones emocionales fuertes a través de creencias compartidas.
Pero para que todo ello tenga sentido es necesario conectar siempre engagement e ingresos.
Tener un vínculo fuerte con las comunidades permite pensar en nuevos modelos de negocio, menos dependientes de los picos de revenue y más centrados en maximizar el lifetime value de sus usuarios.
La Kings y la Queens League son un ejemplo magnífico de todo lo anterior. Una competición muy joven pero que ha sabido crecer con su comunidad sin hacer demasiadas suposiciones sobre qué les puede interesar o cómo deben hacerse las cosas “a la manera correcta”.
Para ello es necesario saber escuchar, pero también tener la capacidad de tomar decisiones ágiles y saber implementarlas con rapidez. De esta manera se establece un feedback constante entre creadores y comunidad, donde se habla de todo abiertamente, aunque también existan líneas rojas.
Ambas competiciones también innovan en su relación con los patrocinadores. En lugar de imponer un mensaje, se busca que marcas patrocinadoras aporten a la comunidad y contribuyan a mejorar su experiencia.
Creadores de contenido e influencers son a día de hoy tan o más poderosos que marcas establecidas son, ante todo, fieles a su comunidad, por muy atractivo que pueda ser un determinado acuerdo comercial.
Esa es una demanda que va más allá de la Kings o la Queens League. Las administraciones públicas que se implican en eventos culturales o deportivos también buscan un arraigo real en la ciudad, más allá de los KPIs tradicionales basados en el impacto económico y turístico.
Por último, es importante recordar que no todas las marcas buscan captar al mismo público. Aunque no todas se dirigen a los jóvenes, sí deben estar muy atentas a los cambios generacionales para seguir siendo relevantes en sus públicos a lo largo del tiempo