La creciente digitalización y la popularización de nuevas herramientas informáticas de diseño han puesto al alcance de la mano de casi cualquier usuario o empresario la creación de logotipos, material corporativo y diversos elementos que conforman la identidad visual de una marca. Sin embargo, el mero conocimiento técnico no es suficiente y en manos inexpertas el proceso de diseño de una marca puede resultar en un problema más que en un activo empresarial.
Además de utilizar las herramientas técnicas más avanzadas, a la hora de crear una identidad visual atractiva, funcional y rentable hay al menos cinco claves que deben tenerse en cuenta.
Quizá parezca obvio, pero la esencia para crear una identidad visual corporativa acertada y duradera es ser consciente de que ésta va más allá de la elección de un logotipo o una tipografía. Se trata de un proceso de planificación, diseño y ejecución de toda la expresión visual de una marca y que debe contribuir a su construcción, aportándole foco y un discurso atractivo y propio, que esté por supuesto en sintonía con los valores y la estrategia definidos para la marca. Y además se compone de varios aspectos, como la identidad visual, la identidad verbal, el sistema de expresión o los códigos gráficos o de estilo. De hecho, cada vez es más importante que un mensaje o un soporte permitan reconocer a la marca, antes incluso de que se visualice el logotipo.
Crear identidades visuales únicas y diferentes no es un reto sencillo en un momento en el que parece que todo está inventado, pero no sólo es posible sino también deseable. Para plantear bien la identidad visual es importante apoyarse en la brand voice, que es el tono y estilo que define la forma de hablar y expresarse de una marca y que la diferencia de la competencia. Gracias a ella, se podrá conseguir una identidad visual única, alineada con la estrategia de marca y que contribuya a ofrecer la los públicos la experiencia deseada.
Una de las claves para la construcción y gestión de una marca óptima es prestar atención a las tendencias, ya sean de diseño, sociales o tecnológicas. Pero no se trata de seguir la última moda, sino de analizar cómo éstas pueden influir en nuestra marca en los próximos 10 o 15 años y en base a eso elaborar una estrategia a largo plazo, diseñar una identidad visual que perdure. Cuando trabajamos en identidad visual, hemos de pensar en un horizonte de medio y largo plazo, por lo que es necesario huir de las modas, ya que estas por definición, pasan de moda pronto.
Por supuesto, no es sencillo crear una identidad visual que funcione dentro de 10, 20 o 30 años, pero siempre existe la posibilidad de realizar cambios estéticos posteriores que actualicen la marca pero manteniendo la idea original. Iconografía, tipografía, gama cromática… son elementos que pueden ser puestos al día si la identidad corporativa tiene la suficiente fuerza.
Coca-Cola, Nike, McDonald´s, Facebook o Lloyds son ejemplos de marcas que han mantenido su esencia a lo largo de los años gracias a un diseño adecuado en su nacimiento. Consulta aquí los pioneros de la identidad corporativa en España.
La cuarta clave para construir una identidad visual corporativa funcional a corto, medio y largo plazo es tener en cuenta los soportes, medios o punto de contacto donde se va a manifestar. No es lo mismo si la marca se va a visualizar a larga distancia o en un soporte muy pequeño. No es lo mismo si se trata de un producto de impulso o de compra reflexiva. Es importante tener todo estos criterios en cuenta.
Excelentes y costosos proyectos de diseño se han venido abajo por no tener en cuenta la adaptación de la identidad visual a las necesidades digitales que plantea internet, las pantallas panorámicas o las aplicaciones interactivas, por citar algunas. Construir una identidad visual adaptable y versátil no es un capricho, es una de las claves del éxito de la inversión.
Para diseñar una identidad exitosa no es imprescindible, pero es muy conveniente tener una buena estrategia de marca que sirva de inspiración y de foco para la exploración creativa. Una estrategia de marca sirve para mucho más que para evaluar el acierto de un logo, pero si está bien definida, resulta mucho más fácil no sólo plantear la identidad correctamente, sino sobre todo tener unos criterios claros a la hora de evaluar las propuestas que nos hacen los diseñadores. Y tú, ¿qué opinas?
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