Cierto es que nos encontramos en un mundo donde los símbolos ligados en torno a los equipos tienen un poder sentimental muy fuerte por su público, pero cuando vemos ejemplos extranjeros, nos podemos dar cuenta de que no es un sacrilegio intentar innovar o renovar imágenes tan históricas como puede ser el simple escudo de un equipo.
Es el tema más peliagudo a la hora de llevar a cabo un rediseño de este tipo. El escudo es la imagen más reconocible de los equipos, no obstante podemos hablar de que son la parte esencial de la marca y el símbolo de mayor identificación para los aficionados. El gran problema radica en que continúan arrastrando una significativa esencia heráldica, la cual habría que debatir si es necesaria que perdure en el tiempo o se adapte a los cambios, después de todo son, rápidamente hablando, los logotipos de los equipos.
Hay equipos que han optado por realizar una transición (sintetización) acorde, tanto desde un punto técnico, como visual.
La evolución de los escudos del Barça y el Oviedo son correctas y lógicas en todos los aspectos. Se simplifican formas, se compensan los elementos y se mantiene la esencia.
Existen cambios algo más “atrevidos”, teniendo en cuenta el tema que nos toca. En el caso del Real Zaragoza, el nuevo escudo tuvo tal rechazo por parte de su masa social, que se volvió a recuperar el anterior.
He visto incluso comentarios negativos en aplicaciones un poco más modernas, como es el colocar el escudo en negativo sobre las camisetas. En el ejemplo vemos las equipaciones de esta temporada del Huesca, en las cuales optaron por colocar el escudo en negativo sobre todas sus variantes.
Aún así, la gran mayoría de equipos españoles continúan hoy en día sin revisar sus escudos, dando una imagen un tanto casposa.
Dentro de todo este clasicismo sobresale un soplo de aire fresco, es el caso de la UD Levante. Aparte de llevarse a cabo la revisión del escudo, se ha creado una marca que acompaña toda la comunicación del equipo, y la solución es tan sencilla como acertada, basándose en la granota (rana en catalán), sobrenombre con el que se conoce a la afición levantinista.
Lejos de entrar en detalle sobre si el resultado final es bueno o no, lo que sí es evidente es que se trata de todo un acierto el haber desarrollado todo un proyecto de branding para revitalizar la imagen del club.
No hay que indagar mucho para ver ejemplos que funcionan más allá de nuestras fronteras. Muchos de los equipos de la Bundesliga alemana cuentan con escudos más cercanos al logotipo que a la heráldica de los españoles.
Pero si hay un ejemplo bueno, es el del Wolverhampton Wanderers. Pese a que su actual escudo ya hace tiempo que fue diseñado, vemos que es un cambio totalmente radical con respecto al inicial. Potente y perdurable, se ha creado toda una imagen alrededor del mismo que está a años luz de lo que estamos acostumbrados a ver aquí. Chapó.
Como apunte final, les dejo con una comparación curiosa. ¿Con cuál se quedan de los dos escudos del Real Madrid? ¿El de 1908 ó el actual?
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