Es cierto que una película es, no siempre, una pieza creativa, pero también es verdad que a la hora de promocionarse ha de funcionar como cualquier otro producto. Siendo así, necesita tanto de una estrategia de venta como una identidad gráfica dentro de un mercado brutalmente efímero y competitivo, pues todo el tiempo de realización de la película al final se condensa en 2 ó 3 semanas de grandes ventas y difusión.
Es por ello que el diseño gráfico y ¿por qué no? el branding, deberían de tener una presencia mayor en el entorno de las películas.
No digo que no exista ya, pues ahora veremos ejemplos, algunos incluso «antiguos» (para la corta historia del cine) de ello. Pero no miento cuando digo que generalmente no es algo que se cuide con mimo en este sector.
Obviamente, antes del gran Saul Bass ya existían piezas gráficas de gran calidad ligadas al mundo del cine, pues el séptimo arte no quedó ajeno al boom del cartel de principios de siglo. Pero lo que sí es cierto es que Bass comenzó a dotar de identidades potentes a las películas en las que trabajaba, generalmente diseñando el logotipo de la misma, el cartel o los títulos de crédito.
Bass generaba propuestas fuertemente conceptuales y de una estética atractiva, pero además lo transpolaba a la pantalla en los títulos de crédito con maestría y coherencia. Tenemos pues aquí un ejemplo de un buen diseño, punto a favor del filme.
¿Quién le iba a decir a George Lucas que daría en el clavo al llevar a cabo su sueño de realizar la Guerra de las Galaxias y además vivir de ello? Nadie del mundo del cine, salvo un solitario directivo de la FOX, pero eso es otra historia. Lucas cedió todas las ganancias de la primera película de la saga a los estudios y se quedó con los derechos de explotación de la marca «Star Wars», porque eso fue lo que hizo, crear una marca potente y que hoy en día sigue teniendo una fuerza tremenda dentro de la cultura popular.
Ninguna película antes generó tal cantidad de productos promocionales tras su estreno hasta el punto de poder imaginar cualquier elemento con el conocido logotipo de la saga. Un excelente ejemplo de como aprovechar las oportunidades del mercado y el tirón de tu producto.
Algunas películas recientes han usado la publicidad de guerrilla para generar un mayor impacto y en algunas ocasiones expectación al no vincularse directamente con la película. Sin duda otro ejemplo de aprovechar estrategias vinculadas a otros productos en tu favor.
El reciente ejemplo de «El Gran Gatsby» es equiparable al de la creación de cualquier identidad corporativa. Se parte con un concepto generado a partir de la historia de la película y se crea todo un mundo gráfico alrededor de la misma que va más allá del mero logotipo y el cartel promocional.
La campaña asociada a la película va más allá de buscar las lonas más vistosas, aquí encontramos un ejemplo de donde posicionar el producto y el universo gráfico que ha de respirar para hacer entender al espectador el imaginario de la película. Un gran trabajo de Like Minded Studio, en el que incluso se llegó a personalizar una familia tipográfica para la película.
Estas son solo algunas muestras de lo que una buena marca o saber promocionar de una manera adecuada tu producto puede ayudar a una película. Esperemos pues que la tendencia de los últimos ejemplos vaya al alza.
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