En 2019 el 39,7% de los hogares contaba con un animal de compañía, esta cifra incrementó considerablemente en 2020, alcanzando la destacable cifra de 50,2%. Este crecimiento al alza se ha producido por varios factores, como la situación vivida por la Covid19, donde muchas familias adoptaron o compraron, también por el cambio social en la concepción y trato de los animales y de la manera en la que creamos un vínculo estrecho, significativo y de amor que ha ayudado a combatir la soledad en el hogar y dar respuesta a otras necesidades emocionales que sólo los animales son capaces de darnos.
Durante mucho tiempo, los perros y gatos han sido “mascotas”, “juguetes”, “regalos de cumpleaños o de Navidad”. Estaban más cerca de ser objetos que seres vivos. Pero esto ha cambiado radicalmente en los últimos años, tal ha sido el cambio, que este 2022 el gobierno ha impulsado una Ley de Protección Animal, que entre los aspectos más significativos reconoce a los animales de compañía como seres sintientes, es decir, seres capaces de sentir emociones, dolor, tristeza, alegría, amor.
Con este gran cambio y las nuevas relaciones entre personas y animales llegan también nuevos conceptos como el petfood marketing y también nuevas preocupaciones; como las que ver con la alimentación de nuestra mascota. ¿Cuántas veces te has preguntado si la comida que le das es la correcta? ¿Cómo sé que le estoy dando todos los nutrientes que necesita? Si yo como alimentos naturales sin procesar, ¿por qué no le doy lo mismo? Si yo como variado y diferente, ¿por qué él come siempre lo mismo cada día?
Por supuesto, todas estas preguntas no dejan indiferente a las empresas, marcas y en general al sector de la alimentación animal, que han visto cómo sus compradores se han hecho cada vez más exigentes, están cada vez más informados, son menos fieles y tienen muchas necesidades nuevas por cubrir.
Si miramos atrás, la alimentación animal se ha basado siempre en el pienso extrusionado: proceso en el que se trituran diferentes ingredientes, se somete a altas temperaturas, se añaden grasas varias y se seca para dar consistencia y forma de“croqueta”.
Esto ha funcionado durante un tiempo, y ha permitido a muchas marcas lanzar productos “sabor pollo” que en realidad tenían harinas de huesos de pollo. O “productos sabor salmón” con su espina y piel.
A día de hoy, el comprador ya ha tomado la decisión de buscar alternativas al pienso, siguiendo exactamente las mismas tendencias que hemos visto en alimentación humana, es decir, buscar alimentos mínimamente procesados, introducir el concepto “real fooding”, conocer la trazabilidad de los ingredientes, etc. El consumidor quiere saber al detalle qué le está dando a su perro/gato.
Esta realidad nos lleva hasta día de hoy, momento en el que no dejan de aparecer nuevas marcas y startups con nuevas propuestas de productos para animales, en especial de alimentación, que intentan dar respuesta a todas estas necesidades.
El petfood marketing hace que algunas grandes compañías de toda la vida apuesten por reformular sus recetas y hacer, por ejemplo, pienso extrusionado de más calidad para convencer a sus compradores. O utilizan otras estrategias de marketing para lanzar dietas como la “dieta barf”, que se centra en una propuesta de alimentación cruda. Asimismo, hay compañías con propuestas de comida cocinada con métodos únicos y con los mejores ingredientes para dar una calidad y palatabilidad únicas.
Vemos como surgen startups que proponen personalizar la comida de perros y gatos ad–hoc para cada animal en un formato de suscripción periódica y con la vocación de adaptar lo máximo posible la alimentación.
O incluso empresas que deciden apostar por la sustitución de la proteína animal en sus recetas para tener productos veganos y conectar también con la tendencia “plant–based”.
Con toda esta vorágine de nuevos métodos de alimentación, se abre una nueva gran duda; de todos estos tipos de comida, ¿cuál es el mejor para mi perro/gato? ¿En qué marca y propuesta nutritiva confío?
Aprendemos la pirámide nutricional desde que estamos en la escuela y tenemos nutricionistas a los que consultar o asistir cuando tenemos dudas o algún problema de alimentación.
Por lo tanto, si los perros y gatos son parte de nuestra familia, buscaremos compañías y/o marcas que nos guíen y asesoren. Con un servicio lo más cercano y personalizado posible porque cada animal es único. Necesitaremos saber que estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos, y que tendremos a las mejores marcas a nuestro lado para darle lo mejor.
Así que “el reto está servido”: ¿quiénes serán las primeras marcas en entender la nueva forma de relacionarnos con los animales y educar, formar y empoderar a las personas que quieran compartir su vida con ellos? Y ¿qué marcas liderarán el petfood marketing en nuestro país?
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